¿Qué es el linfoma?
Cada 15 de septiembre se conmemora el Día Mundial del Linfoma, una fecha dedicada a concienciar sobre este tipo de cáncer que afecta al sistema linfático y que, con un diagnóstico temprano, puede tener mejores opciones de tratamiento y recuperación.
El linfoma es un tipo de cáncer que se origina en los linfocitos, células que forman parte del sistema inmunológico y que se encuentran en los ganglios linfáticos, el bazo y otras partes del cuerpo. Cuando los linfocitos sufren alteraciones, empiezan a crecer y multiplicarse de forma anormal, lo que da lugar al linfoma. Un signo común es la presencia de ganglios linfáticos duros, agrandados y que no duelen al tocarlos.
Tipos de linfomas
Existen dos tipos principales:
Linfoma de Hodgkin
- Afecta principalmente a los ganglios linfáticos de la parte superior del cuerpo (cuello, tórax, costillas).
- Se caracteriza por la presencia de la célula de Reed-Sternberg.
- Es más fácil de tratar en comparación con otros tipos.
- Se propaga de un ganglio a otro siguiendo un patrón más predecible.
Linfoma no Hodgkin
- Es más común en hombres y en adultos jóvenes (20 a 40 años).
- Puede aparecer en cualquier parte del cuerpo.
- Su crecimiento suele ser rápido, aunque existen variantes menos agresivas.
- Es un grupo amplio que incluye muchos subtipos diferentes.
Factores de riesgo
Aunque muchas veces no se conoce la causa exacta, algunos factores pueden aumentar el riesgo de desarrollar linfoma:
- Haber recibido tratamientos previos de quimioterapia o radioterapia.
- Haber tenido mononucleosis.
- Estar infectado con virus como HTLV o VIH.
- Tener antecedentes familiares de linfoma (aunque es poco frecuente).
Síntomas más comunes
Los signos varían según la localización del linfoma, pero los más frecuentes son:
- Ganglio linfático agrandado (en cuello, pecho, axila, abdomen o ingle).
- Tos y dificultad para respirar.
- Fiebre persistente.
- Sudoración excesiva en las noches.
- Pérdida de apetito.
- Pérdida de peso repentina.
- Cansancio extremo.
- Erupciones o pequeños puntos rojos en la piel.
- Dolor en los ganglios después de consumir alcohol.
Tratamiento
El tratamiento depende del tipo de linfoma y del estadio en el que se encuentre. Las opciones más comunes incluyen:
- Quimioterapia.
- Radioterapia.
- Inmunoterapia.
- Trasplante de médula ósea en algunos casos.
La clave es el diagnóstico temprano, que permite diseñar un plan de tratamiento oportuno y aumentar las posibilidades de éxito.
El linfoma es una enfermedad grave, pero detectarla a tiempo puede salvar vidas. Conocer sus síntomas y factores de riesgo es fundamental para consultar al especialista de manera oportuna.

